Epocas extrañas
Vivimos en el primer cuarto del siglo XXI. Siempre el planeta está en movimiento y nosotros con él; volcanes en erupción, terremotos, maremotos, sequías, inundaciones.
El tema era que afectaba directamente a un colectivo de personas e indirectamente, por otras razones, a poblaciones o sus bolsillos si faltaba aquello vinculado al desastre. Como ahora el desastre está en todos los rincones, resulta imposible no ser parte de él.
Y ahí es cuando me doy cuenta de la sensación esta nueva que me invade. Por ser tan nueva, cuesta describirla. La pienso, la trato de trasladar a ejemplos y aún no logro darle forma. Ya llegará el momento, cuando esté preparada para ello.
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