HERMANO TE ESTOY HABLANDO

Hoy quiero hablar del celular, no se porqué tendemos a necesitarlo tanto. Es como sentir la compulsión, el terror a estar solos y allí está él, esperando magnéticamente quedar pegado al oído.En la tarde de ayer, venía caminando desde el súper cuando distraída llegué al semáforo de la avenida y debía esperar un par de minutos porque tiene tres instancias de luces y llegué tarde al cruce. Inmediatamente, busqué y saqué el celular para llamar a Marcelo. Estaba a tres cuadras de la casa, y quería llamarlo para contarle que estaba ahí nomás. Cabe aclarar que no demoré mas de 15 minutos en los mandados, que estaba a escasos minutos de volver, pero inconscientemente lo estaba llamando. Tarde reaccioné, ya estaba contestando.De pronto levanté la vista y las dos personas que esperaban el cruce al lado mío, también estaban en la misma; o leyendo textos o respondiendolos, pero todos, estábamos en la misma.
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En los primeros días de enero, fuimos con unos amigos a una cabaña ubicada en el Lago Arrowhead.Hay un par de lagos, uno grande y otro chiquito, rodeados de montañas y con las casas orientadas hacia los lagos. Hay un silencio increíble que sólo se rompe con el canto de los pájaros, la caída de algunos copos de nieve cuando ésta empieza a derretirse. Era la primera vez que estaba unos días en contacto directo con la nieve, anteriormente vi la cordillera desde aviones, otro espectáculo para un espacio aparte, también en el verano que visité Bariloche, pero esto fue otra cosa.